jueves, mayo 10, 2007

Los sabores de Oaxaca

La ciudad de Oaxaca de Juárez, además de su cuidada arquitectura que data de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX, posee una de las gastronomías más ricas de México y del mundo. Allá llegamos el lunes en la noche. Por haber viajado en la tarde, no habíamos comido. Nos dimos la bienvenida a la ciudad comiendo algunas de las delicias de allá. Junto con un mezcal Tobalá, saboreado con sal de gusanito -gusano del agave-, escogí y me deleite con un estofado almendrado, exquisito.

El martes, entre una sesión de trabajo y otra, fuimos a comer en grupo. Compartimos el deleite con moles: Coloradito, verde, negro y estofado, otra vez. De postre, nieve de leche quemada con tuna, blanco y rojo, rojo intenso, camín. Un banquete.

Ayer nos preparamos para el regreso. Fuimos al mercado, cuyo edificio data de 1895 según dice en una de sus fachadas, a proveernos de esas delicias que solo haya allá: Chapulines -pequeños saltamontes guisados al mojo de ajo-, tlayudas -grandes tortillas de maíz-, quesillos -quesos de hebra-, quesos frescos y chocolate, éste recien molido y cuya formula uno puede diseñar con las cantidades de cacao, azucar, almendras y canela como guste. Además café de Pluma Hidalgo, de los mejores del mundo.

Nos trajimos algunos de los sabores de Oaxaca, para alimentar nuestra nostalgia de esa tierra que sigue con una calma solo aparente, pués subyacen conflictos que algún día podrán resolverse en beneficio de las mayorías. Ya se verá.

sábado, mayo 05, 2007

Tuxtepec y Tierra Blanca

El miércoles por la tarde partí a Cosamaloapan, en la margen izquierda del río Papaloapan. Pasé por mis colegas al aeropuerto de Veracruz. Una sesión de trabajo nocturna, luego algunas bebidas.

El jueves, muy temprano fuí de Cosamaloapan a Veracruz. Por la tarde me trasladé a Tuxtepec, en el norte del Estado de Oaxaca.

Ayer iniciamos un recorrido en Tuxtepec. Estuvimos en las margenes del rio Papaloapan. Al mediodía llegamos a Tierra Blanca, de los lugares más calurosos de esta región. Llanuras sembradas de caña de azucar, algunas en crecimiento, otras listas para el corte y ser llevadas al ingenio. Cruzamos una vía que antes tuvo más uso que ahora. Allí comimos. Del menú que incluía avestruz y otras carnes, escogí armadillo en adobo, es sabroso. Terminada la comida salimos de regreso. Mis colegas se dirigieron a Veracruz y yo a Xalapa. De vuelta a casa.


martes, mayo 01, 2007

Ciudad de México

El domingo último viaje a la ciudad de México. Vi el paisaje verde y en extensiones arido, por la ventana del autobus.

Ayer al salir de la estación del Metro -tren subterráneo- vi el Sol de la mañana reflejado en los ventanales de la Torre Mayor.

Después de las sesión de trabajo, por la tarde, en microbus llegué al centro de la ciudad. Inicié la caminata en la confluencia del Paseo de la Reforma, Bucareli y la avenida Juárez. El Caballito, la escultura de Sebastián, y la torre del mismo nombre del otro lado de la avenida. Esculturas en la avenida Juárez. Las permanentes, desnudos femeninos; una exposición de figuras de acero inoxidable con formas de aves en la explanada del nuevo edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores; otras aves, enormes, de Juan Soriano junto a la torre Latinoaméricana. Coexisten en el centro, el barroco y la modernidad. De pronto, en la esquina de la avenida Juárez e Isabel La Católica, estaba enfrente del Museo del Estanquillo. Entré y vi sólo la primera sala. Nos avisaron que cerraban. Salí.

Entré a la estación Allende y abordé el Metro. Voy de regreso.